Acá hay tres clases de gente: la que se mata trabajando, las que deberían trabajar y las que tendrían que matarse.

lunes, 23 de agosto de 2010

Despertarse con el olor a cama,
con la boca maloliente,
despertarse y no desear hablar con nadie,
odiar el vapor de la ducha en las mañanas,
odiar que el celular suene en las mañanas,
odiar que me pregunten si estoy enojada
odiar que mi seriedad se la tomen en serio.
Despertarse y ver llover en primavera,
ciruelo en flor llorando,
aromo en té por callejuelas inamibles,
en la micro se empañen los libros,
desear hacer de la niebla una bolsa y hacer una cazuela.
Despertarse de sobresaltos por el cansancio,
por miedo a las arañas en el fondo del pozo,
correr,correr cambiar el paisaje como quien cambia calcetines
y sentirme en el paisaje con el calcetin naraja y el paisaje gris,o verde,
da lo mismo,sentirse ajeno...
como quien despierta con un muerto en sus espaldas
susurrando cosas al oído lerdo que no comprende nada...
y el silencio,amar el silencio en esos días,
que vaya son largos!
y desear dormir con alguien que no haga preguntas,
que las vocales no sean sus amigas,
que desconozca el abecedario,
que grite por los poros,
que susurre en las caricias y éstar...
simplemente estar.
¡Que mañosidad la mía la de esos días!!
- y que todos pregunten si ando con la regla cuando estoy así-
son cosas del día,del sueño,del olor de la cama,
de los grados celcius,de la presion atmosferica...
vaya uno a saber porque amanezco asi...
quizás la ezquisofrenia,quizás la cordura,la demencia.
Y el muerto ...
que habla en su moribundo lenguaje desconocido,
en decibeles lejanos,imposibles.
Despertarse asi,
y que al aire no se pueda tomar en las manos,
despertarse en batallas y buscar margarisas,
despertarse y odiar las preguntas...
solo desear musica,café quizas,
idioma de los poros,
canto del silencio,
tarareos de canciones...
un idioma nuevo en susurrando al ombligo.

No hay comentarios: